Cuando supe que estaba embarazada, una mezcla de emociones invadió mi cuerpo. Felicidad, ilusión, pero también dudas y miedos. ¿Cómo iba a cambiar mi cuerpo? ¿Podría seguir sintiéndome fuerte y activa? Lo que no sabía en ese momento es que el Pilates para embarazadas se convertiría en mi mejor aliado.

A medida que avanzaban las semanas, mi postura empezó a cambiar. Mi espalda se curvaba más de lo normal, mi centro de gravedad se desplazaba y, aunque me sentía plena, mi cuerpo comenzaba a resentirse. Aparecieron los dolores lumbares, la hinchazón en las piernas y esa sensación de cansancio que parecía no desaparecer.

Fue entonces cuando descubrí que podía hacer algo más que simplemente aceptar esos cambios: podía prepararme para ellos. Pilates me ofreció una forma segura y efectiva de fortalecer mi cuerpo, aliviando las molestias y ayudándome a conectar aún más con mi bebé.

Más que ejercicio, un refugio

Cada sesión de Pilates se convirtió en un momento solo para mí. Movimientos controlados, respiración profunda y la sensación de estar haciendo algo positivo tanto para mi cuerpo como para mi bebé. No se trataba solo de mantenerme en forma, sino de aprender a escucharme, a respetar mis tiempos y a fortalecer las áreas más importantes para el embarazo y el parto: el suelo pélvico, la espalda y el abdomen profundo.

Uno de los momentos más especiales era la conexión con otras embarazadas. En cada clase, nos encontrábamos mujeres que, sin conocernos previamente, compartíamos un mismo viaje. No hacía falta hablar demasiado, bastaba con una mirada cómplice, una sonrisa de comprensión o un gesto de apoyo. En esos instantes, sentíamos que no estábamos solas en esta experiencia transformadora.

A través del Pilates, nos regalábamos un espacio de desconexión del mundo exterior y de conexión con nosotras mismas y nuestros bebés. Compartíamos sensaciones, inquietudes y pequeñas victorias, como notar cómo el cuerpo se fortalecía o cómo el dolor de espalda iba desapareciendo. La clase se convertía en un refugio donde el esfuerzo se combinaba con la calma, la superación con la empatía y la respiración con la complicidad. Ese lazo invisible que se creaba nos recordaba que la maternidad es un viaje compartido y que juntas, éramos más fuertes.

Beneficios que van más allá del embarazo

No solo me sentí mejor durante la gestación, sino que Pilates también me preparó para el momento del parto y la recuperación posparto. Aprendí a conectar con mi respiración, a relajarme y a confiar en mis músculos. Beneficios como:

  •  Control del aumento de peso durante el embarazo 

  • Reducción de molestias digestivas y estreñimiento 

  • Mejor regulación de la fatiga gracias a la mejora cardiovascular 

  • Sueño más reparador 

  • Prevención del dolor en la zona lumbo-pélvica 

  • Menos riesgo de varices, calambres y retención de líquidos

  • Mayor consciencia corporal y bienestar emocional 

  • Creación de hábitos de vida saludables

Un viaje compartido

La maternidad es una transformación profunda, un camino que cada mujer recorre a su ritmo. En pilates10 lo sabemos y nos encanta acompañar a futuras mamás en este proceso, ayudándolas a confiar en sus cuerpos y en su capacidad natural para dar a luz.

Reserva tu primera clase y descubre lo que Pilates puede hacer por ti en este viaje maravilloso.

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Montse Pujol
Responsable Marketing Digital y SEO Pilates10
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